“Honrarás a tus ideas porque eres un genio
Y lo sabes”
Salí de aquel oscuro sitio. Estuve aproximadamente unos tres minutos, el tiempo justo como para darme cuenta qué tenía que hacer.
Desde el umbral de la puerta se podían ver una escalera de caracol, y entre sombras y demás, me dio la sensación de que había cuatro pisos. Desgraciadamente, el ambiente carecía por completo de luz, y la pantalla de mi móvil, que podría haber sido fabricado perfectamente junto a las mesas de la 0.1, no abarcaba ni medio metro.
Al salir, volví a comprobar si había algún interruptor, pero en mi sorpresa, encontré algo más importante incluso, encima de un bidón tapado, estaba la llave de la puerta. Alcé la llave sobre mi cabeza con las dos manos y grité: Chanananaaaaa!
Sonó el timbre y salí a paso ligero, cerrando la puerta, llevándome la llave y una sonrisa. Recorrí el pasillo en sentido contrario, mientras pensaba que el Zelda me había perturbado la cabeza. Luego me reí de mis pensamientos, como siempre.
En medio del camino se me cruzaron cientos de niños pequeños, todos armados con pinturas y pinceles. Y si, he usado la palabra armado porque a un niño le das pintura y un pincel y te organiza una guerra que a su lado, los espartanos son teletubbies.
Ese miércoles se celebraba el concurso de pintura rápida de primaria. Preciosos recuerdos me vinieron a la cabeza al ver aquellas sonrisas infantiles que no sabían lo que les esperaba…
“Una mañana de primavera de 6ºde primaria, dos valientes artistas bajaron del cielo como cada año para deslumbrar a los mortales con su maravilloso talento para la pintura. El pincel de uno, era una parte más del cuerpo, un sexto dedo con el que coloreaba a la perfección con la mejor de todas las técnicas y el otro, junto a su fiel lápiz, dibujaba con finura y elegancia cada uno de los trazos que formaban el esqueleto del cuadro.
Estos dos genios, en realidad éramos Marc y yo. Pocos eran capaces de ver que apuntándose en un concurso de pintura (donde puedes hacer lo que te dé la gana) te saltas un día entero de clase. Pero claro, estás expuesto a pintar.
Y sí, en la introducción parecíamos dioses de la pintura; pero en realidad no teníamos ni idea.
Yo me apunté para saltarme clase, más que nada, para hacer algo diferente. Marc no. Él se apuntó para alargar su vida un día más.
Anna Bascuñana (soy marrana), fue nuestra tutora de 6º. Era una guarra, con todas sus letras. Si Rosa Ventura, Sara Tejerina o Isabel Rumañá fueron crueles, ella debería estar en esa salón de fama. Medalla de plata mínimo.
Al contrario que la ninja de Rumañá ella gritaba. Todo el santo día gritos y castigos:
-Josep!!! T’has tornat a deixar l’agenda!!! Em copiares 150 vegades ”Procuaré portar “la meva escola” a classe de dilluns a divendres”
Puedes pensar: Pero no es más fácil escribir “Portaré l’agenda”?. Tienes razón, pero ella es así, cuanto más larga sea la frase, más disfruta haciéndote copiar.
Como decía antes, Marc se apuntó porque tenía bastantes motivos para no venir y presentarse ante tal depredadora como Anna Bascuñana; pues no cumplir ninguna de los siguientes requisitos representaría, como mínimo, la muerte:
- No traer firmado un examen de catalán suspendido.
- No traer firmada una nota conforme no había firmado el examen de catalán
- No traer hechas las copias de: “Procuraré portar el día corresponent les còpies que he de fer perquè no aprobo els examens de català”.
- No traer las cinco repeticiones del dictado del examen de catalán
- Ser Marc Roig.
Apuntándose al concurso, podría esquivar durante un día a
Como todos los años, el tema era: “Els jardins de l’escola”, tema aburrido de por sí, que colapsaba a las grandes mentes de la pintura como nosotros dos. Esta era nuestra excusa cuando nos preguntaban si lo de nuestros cuadros eran árboles, aviones, rascacielos o neveras.
Mi cuadro representaba una estatua de Sant Joan Baptista de
Puede parecer, y es, un cuadro infantil, una obra de alguien a quien la pintura se la trae floja, en resumen, un insulto al arte. Ah, y no busquéis la estatua y las flores por el colegio. Sólo existen en el corazón de las personas que aman la naturaleza (O eso ponía detrás del cuadro justificándome por haberme inventado el paisaje).
El cuadro de Marc, era más de lo mismo. Él simplemente pintó un árbol de color verde enorme en medio del cuadro,, le dibujó un tiesto (¿?), y le regaló 4 o 5 topos de colores que pretendían ser flores. Además, mientras pintaba el cielo se le acabó el azul celeste, y completó el espacio que le quedaba con el azul mío, que era un poco más oscuro que el suyo. De modo que su cuadro tenía 2 cielos, uno fuerte y uno claro.
Tan simples eran nuestras obras que acabamos algo antes de lo previsto. Como Marc no podía pisar la clase por su propia seguridad, estuvimos perdiendo el tiempo, (dibujando más nubes, más flores, etc…), pero al final, a 15 minutos de acabar nos echaron y nos obligaron a ir a clase. Mientras subíamos las 117 escaleras que había hasta las clases de sexto, hablamos un rato:
- Lluís, tu creus que em dirà alguna cosa?
-Home, jo no vull ser cruel, pero si no et mata, considera’t afortunat.
-No si ja… Total, tot per un examen de merda!
-Si bueno, crec que sospita que em còpies, eh…
-Per?
-No t’has fixat que en els dos últims ens ha separat?
-Ah, es veritat… Puta guarra, que llesta que és…
Entretanto, llegamos a la clase y miramos por la ventanita para ver si estaba
Marc cruzó los dedos para que ella no se acordara de los castigos. Entramos,
-Això que farem a contnuació serà molt important de cara el futur, es diu Mínim Comú Múltiple, i més us val estar atents…-dijo ella mientras nos observaba atentamente.
-Sht, Marc, creus que se’n recorda?
-Mmm, de moment tot va bé, no?
Cuando de repente, sin venir a cuento,
-Es pot saber perquè està tothom parlant!?-chilló, de modo que los cristales temblaron, los florescentes se movieron y los de última fila se despertaron.
-Com…?
-Pero què diu…?
-Eing…?
-Pero si estàvem tots callats, no…?
-A sobre mentiders! –siguió la esquizofrénica- Diria que no m’ho esperava, pero seria mentida! Sou una colla de pocavergonyes! N’estic farta de tantes ximpleries! Quan jo parlo, tothom es calla! Sabeu què? Ara no us ho explico, i punt!
(Siempre, repito, siempre he estado seguro que no sabe lo que es el Mínimo Común Múltiple. No había ningún motivo para decir que no nos lo explicaría por mal comportamiento.)
-Ah, i Marc Roig, has portat l’examen i les notes signades?
-Eh... es que....
-No!? Et quedes avui al final de classe! Tu i jo parlarem molt seriosament!
“Según él, la bronca fue terrible.
Tras atropellar a miles de niños, llegué a la puerta que da a la entrada del colegio y subí las escaleras para acceder al patio. Preferí no contar a nadie que tenía la llave que daba acceso a un lugar al que nadie podía entrar, más que nada, para evitar el efecto “Manzana Prohibida” que se resume en que: “Lo prohibido mola y las reglas están para saltárselas, yeah.”
A última hora tenía sociales. Me lo pasé, como siempre, en grande. Nuestra profesora, Laura Martí, es una mujer ya mayor a la que es extremadamente fácil tomarle el pelo. Físicamente, no me alargaré, simplemente visualiza la papada de un sapo y aplícala sobre la de una mujer de unos cincuenta y largos años, tirando a rellenita. A esta mujer le da por explicar cosas tristes y ponerse a llorar, mientras todos le decimos que lo que está contando es mentira. –Somos crueles- pensarás tú, que te crees el tío de los cereales-. Esta vez, te doy la razón. Nos metíamos con la mujer de más buen corazón de
Su ingenuidad llega a unos extremos que rozan la idiotez humana, y esa tarde se llevó la medalla de plata mínimo por lo que considero uno de los mejores momentos de Sociales
-L’altre dia els de Batxillerat vàrem conèixer a una monja que venia exiliada de l’estranger i… - decía la mujer exaltada por darnos lo que para ella era una gran noticia.
-De quin país venia? –interrumpía algún toca-pelotas.
-D’un país molt petit y molt pobre y que viu molts conflictes polítics, que es diu Xexènia…
-Ala, Laura, no t’inventis països! –soltaba uno.
-Ya, ya, Laura, això no existeix! –le seguía otro.
Mientras tanto, los demás nos reíamos de una chica de la clase que se llama Xènia, llamándola Xexènia, poniendo voz de pueblerinos y escupiendo con las “x”.
-Que sí! Que us ho dic jo! –su voz se volvía angustiada por nuestra presión y continuaba su discurso…
-Doncs resulta que aquesta monja de Xexènia, no tenia braços perque els hi van tallar durant les tortures que va rebre al seu país perque ella es dedicava a cuidar de nens orfes russos, i això el seu govern ho prohibia.
-No siento los brazos! –dijo “alguien”, imitando pésimamente a Stallone.
La clase estallaba a carcajadas a la vez que la pobre Laura rompía a llorar mientras nos insultaba (nos llamaba ximplets, insensibles y inmadurs: Oh no, piedad).
Cuando se nos pasaban los ataques de risa la consolábamos diciéndole que los sentíamos y que sólo queríamos gastarle una broma, lo que reconfortaba a la inocente mujer y hacía que nos perdonase una y otra vez.
En fin, hice el camino a casa mientras perfeccionaba mi oxidada imitación de Stallone, que parecía haber perdido la perfección que antaño había logrado, a base de tener un hermano que adora Rambo I, II, III i IV…
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